Ceres desde sus orígenes

Para referirnos a la vida comarcal de esta región e incluyendo en ella a la ciudad de CERES, Dto. San Cristóbal, provincia de Santa Fe, es imprescindible que nos ubiquemos en este rincón patrio donde se funden con sus limites tres provincias que han discutido por largo tiempo sus dominios y aun quedan por resolver los de Córdoba, Santiago del Estero; para lo cual habría que tomar la laguna de Los Porongos, como alguna vez lo afirmara el Sr. Juan B. Ré, longevo vecino de nuestra ciudad.

Cabe entonces ubicarnos y referirnos al tema de la vida comarcal de la ciudad de CERES, se hace imprescindible ubicarnos y referirnos a este rincón santiagueño santafesino conformado por los limites de tantos años de discusión con dicha provincia con la que colindamos y dada la intima relación existente desde siempre, pues salimos a la vida institucional al mismo día con SELVA (S.E.) y HERSILIA, el 1/7/82; de allí que ubicamos en el tiempo comarcal debamos decir que, geopolíticamente nos hallamos en la parte Nor-Occidental de la región pampeana, llamada "Pampa Alta", con medanos en el Sur y centro y con una inmensa depresión en el Norte denominada MAR CHIQUITA, donde muere el Río Dulce, después de haber transpuesto la laguna de Los Porongos, distante unos 60 Kms en dirección S.O. de la ciudad de Ceres.

La parte de bañados que van de los Bajos de Argentina hasta Mar Chiquita, han dado lugar al nacimiento de un rosario de islotes y lagunas, entre las que podemos citar, Croto, Los Patos, Yacumiski, Del Toro, La Puna, entre otras. De todas estas lagunas podemos destacar la presencia de la Laguna de Croto, por la generosidad de sus aguas yodadas y según algunas publicidades recientes, con propiedades termales, todas la cuales se encuentran circunscriptas al Este por el BORDE DE LOS ALTOS, conforme a una falla originada en el plegamiento Andino y a 30 Kms al Oeste de este ciudad de CERES. Dicha zona se halla cubierta de arbustos espinosos, pastos duros, donde también crece el JUME, arbusto que se comenzó a industrializar en la no tan lejana localidad de Pinto (S.E.).

A la vera del RIO DE BAÑADOS, de acuerdo a la feliz expresión del fundador de la ciudad de Santiago del Estero don Francisco de Aguirre, podemos señalar también que allí donde convergen el río Dulce crecen profusamente gramíneas que sirven para la alimentación del ganado, allí hasta no hace mucho pacían con comodidad la gama y el venado, especie desaparecida hace algunos años por la caza indiscriminada e incontrolada que se hizo de los mismos.

En lo atinente a la fauna, resulta un espectáculo inédito y particularmente grato a la vez. Poder observar desde el BORDE DE LOS ALTOS, una puesta del sol con un horizonte tachonado de la mas variada gama de zancudas, rematado con el rosado color de los flamencos, el magnifico vuelo de los gansos, entrelazados con el de las garzas moras y bancas y la espectacular presencia de los cisnes.

Esta comarca así descripta, en una visión muy sintética, resulto habitada por los indios SANAVIRNOES, tribus de indígenas que en sus correrías, muchísima veces llegaron al ejido de CERES, HERSILIA y SELVA e inclusive hasta PINTO y con mucha mas razón la tribu de los MALQUESIS y QUELOSIS que tuvieron su hábitat en la laguna de los Porongos a la que nos hemos referido.

Lo cierto es que en estas lagunas que hemos citado y especialmente en Los Porongos, vivieron dichos indígenas, a mediados del Siglo XVI y según la expresión del Padre Lozano, como vestían con plumas, mas bien parecían "abortados acuátiles, que seres humanos", a los cuales predico el Padre Romero y confeso en numero de: 2097 en el años 1905.

Agreguemos que estas tribus de los SANAVIRONES, vivían en chozas construidas con ramas y plumas, las que eran grandes, pues albergaban cada una de ellas varias familias.

Los pobladores eran pequeñas y se hallaban rodeados de empalizadas de cardones y espinillos. Su hábitat como lo hemos señalado estaba rodeado de pantanos infectadas por mosquitos. Todavía están dichos pantanos y los "enojosos mosquitos conforme a la expresión del Padre Romero, los cuales se manifiestan cuando se dan los bañados que cíclicamente se producen y como por lógica consecuencia, los mosquitos invaden toda la zona del Bajo, Colonia Alpina, Nueva Ceres, Ceres, Colonia Ana, Colonia Rosa, Hersilia, Selva, Los Encantos, para señalar solamente la región colindante y cercana de este ciudad.

Los indígenas Malquesis y Quelosis no alcanzaron las fases más complejas de la cultura, de lo que hemos podido bucear en la Crónicas.

ARTE Y ARTESANIA

Pocos vestigios quedaron del quehacer de los SANAVIRONES, en lo referente a las artes y artesanías; comencemos por decir que vivían en casas precarias, quedando para investigar, un cementerio ubicado en las cercanías de Los Porongos y el lecho y las barrancas de la referida laguna, donde es fácil encontrar resabios de se cultura artesanal, junto a las mortajas de sus muertos. Refiriéndonos a la alfarería, podemos encontrar fragmento de piezas de la misma, en esa depresión, como también si excavamos el cementerio, donde ya se han obtenido tipos de estos que representarían por lo menos día clases de cerámica decorada. Una, especie de color negro-gris con decoración grabado y otra con decoración pintada. En la primera, la decoración consiste en impresiones de redes y cestos y figuras geométricas hechas con puntos, líneas, surcos, etc. Algunos tiestos ostentan el conocido surco con precisiones rítmicas, recordando la figura típica del Litoral. La cerámica pintada, en cambio, se asemeja a la de Santiago del Estero.

Otros elementos arqueológicos, como las plantas macizas de las vasijas, son también coincidentes con las que se encuentran en los pueblos vecinos del Norte.

Los SANAVIRONES conocieron también el hilado y el tejido, la prueba de ella la hallamos en las impresiones textiles, en la cerámica, y en el hallazgo de torteros en la región de la Colonización Hispánica, especialmente en los relatos del Padre Lozano y Romero. De estar a la inforamción recogida de los integrantes de la GRAN ENTADA, capitaneada por Diego de Rojas a la región del TUCUMAN, podemos decir que estos se dedicaban al laboreo rudimentario de la tierra, cultivando, sin embargo: maíz, zapallo y frijoles, como asimismo a criar y cuidar llamas (especie cérvica denominado GAMA y VENADO), que hace algunos años he desaparecido por la caza indiscriminada que se hizo de la misma.

Tales indígenas, recogían frutos silvestres y vivían de la caza y de la pesca, ya que el lugar era y sigue siendo altamente generoso en tal sentido.

El hecho de que las Malquesis y Quelosis se hayan dedicado al incipiente laboreo de la tierra, significa que vivieron una vida pastoril primitiva, por lo que se puede afirmar sin equivocarnos, que tales indígenas no fueron los que asolaron con malones este región. Para corroborarlo podemos afirmar que los aborígenes dedicados el pillaje, correrías con miras de asolar la zona, fueron los ABIPONES, los que formaban el grupo de los GUAYCURUES, que se integraban por Mocovíes, Tobas y Pillaga.

Los Abipones que ocuparon el Norte de la Provincia de Santa Fe, al adoptar el caballo, principio del siglo XVIII, se dedicaron a la depredación y al pillaje, señalando el Padre Lozano que constituían una nación muy numerosa y que en realidad se llamaban CALLAGAE.

Fueron agresivos, no solo con los colonos españoles, sino también con las tribus vecinas, con sus hermanos los ABIPONES, reducidos por los padres jesuitas. Digamos finalmente que existió una gran enemistad entre los AB.

 




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